Bonsoir mes amis:

Esperando que todos esten bien, hoy fue el clásico de clásicos Chivas vs. América. Si ya se que piensan, pero en realidad no es eso de lo que quiero escribir sino de la magnitud del evento y la grandeza de mi rechazo hacia el mismo. En vez de ver o sintonizar el magno partido, Dan y yo fuimos a una fiesta ochentera. Fue interesante el concepto que mi amiga Anai por ser su cumpleaños 20 ideo, lo malo fue que no toda la gente estaba prendida. Por mi parte me dedique a investigar un poco sobre está época de pantalones ajustados, maquillaje cargado, playeras enormes y flojas y calentones con convers. Tal fue mi pasión por conocer un más acerca de esta moda o época que busqué en mi guardarropa (que es muy escaso) algo que tuviera relación a ser una chica ochentera. La experiencia mas divertida fue decidir cortar a chiqui falda mi gran falda larga de monja. Cierto que fue cansado dar tijerazo a la prenda pero al final fué muy divertido ver como podría destrozar un pedazo de tela y sentirme tan feliz y desquiciada, ya que este hecho me hizó sentirme digamos... poderosa... creo me fui muy lejos, quise decir irreverente. Unas mallas negras ajustadas a mi cuerpo no tan perfecto, mi falda tijereada, una playera negra y encima una rosa, maquillaje de la misma dualidad de colores, una diadema de puntitos con la misma dualidad de color, aretes enormes, convers negro con rosa, calentones, alma de rockera, ánimo encendido y pasión por mi outfit. Hice mi propio atuendo, mi novio sólo daba gracias que no hubiera un retorno innovador de los 80´s hoy en día ya que su mirada reflejaba el desprecio que sentía por mi disfraz el cual hice muy mio. Bailes de fiebre de sabado, flans, entre otros hits que fueron éxito ochentero. Movimientos al ritmo de recuerdos de infancia que se quedaron plasmados en mi memoria, meneo de un cuerpo que se dejaba llevar por un supuesto conocimiento del ritmo... sólo deje que todo fluyera. Casi al final, una pizca de música banda, la cual no disfruto mucho, oh si y lo olvidaba se jugo semana inglesa (un juego que propuse)el cual termino en aburrimiento ya que los asistentes no hacían mucho caso de animar la fiesta. No comprendo entender si lo que hice fué un esfuerzo distante de que se prendieran las cosas o mi frustración por estar acalorada y sedianta. A fin de cuentas nos la pasamos bien, rematando en el parian para ver el "maravilloso" partido. Si no voy al estadio o no es mundial me aburre el fucho pero como Dan y yo detestamos las aglomeraciones futboleras de chivistas, preferimos ir a comprarnos unas riquísimas nieves de garrafa cerca del kiosko, a fin de cuentas es más delicioso que estar parado, sin ver nada, solo oliendo tanta mezcla de aromas de la muchedumbre en espera de saber que su equipo ganará. A fin de cuentas perdio el equipo local, y a nosotros nos valio un cacahuate.

Caminar junto a la persona que amas, comiendote una nieve de garrafa y dialogando sobre diversos temas de interés mutuo, es la mejor manera de pasar y saborear un instante de la vida.


Que las mariposas los acompañen