Cero Fashion

“Todo te atormenta o todo te enamora…” es como comienza una de esas frases que entrelazo en mis pensamientos cotidianos. Una personita por allí otra personita por acá. Cuando me da vueltas la cabeza por intentar comprender llego a la conclusión de no entender, de no articular pensamientos convexos, puede ser porque nada salga de aquí, o pudiera ser mi inexistencia social, o familiar, que se yo.

Hoy un día tan común como cualquiera pero con un frío sedoso que te cala en el corazón; un día que no tiene nada de seductor para mí, únicamente los sonidos de la melancolía y la tristeza. Me persigue o yo sigo la tendencia de recalcar cada segmento de dolor que habita en mí. Y me lo exijo saber, ya que no soy de las que rompen cosas, ni rayo paredes, ni grito y mucho menos pataleo (no hay patrones que imitar). Dado el caso de que me persiga, parece ser como el ultimo grito de de moda, la cual cada estación, al igual que estos sonidos y sentimientos, se van con el adiós de lo “in” y con el bienvenido “out”. Así que cómo reclamarle a mí sentido de percepción por ignorar tan desgarradora aberración.

Me vestí con mis jeans de la añoranza, mi sudadera de la soledad y mis tenis nike. Volviendo a mi color palidezco de este día creo que el rosa ya entró al armario de otoño, se quedará un rato guardado hasta que el calor y furor de entrar en el reconocido mundo del encaje se encuentre perdido y tejido entre mis mejillas.

Podría ser acaso la mini-falda que no utilice en verano, (aquellas qué me hacen ver las piernas hermosas) la causante de mi sufrimiento; pudiera ser el bronceador que no me coloque, el culpable del nefasto color y que mi aspecto parezcan pellizcos de moda de niña geek, emo y aveces hippie. No lo sabré, pero se quedarán en el cajón las pulseritas esas de amistad y los collares enormes de bolitas, se mantendrá mi supresión y continuaré siendo una fiel miembro del club de los anti-fashionistas del placer y de la felicidad.

Firma:
Niña desvariada