Domingo espumoso

Bueno, y como un domingo como no cualquiera… pareciese que estoy creando una nueva manera de ver y sentir los domingos. Creo que necesito cambiar mis perspectivas, ya no quiero ver los domingos como un día lleno de soledad, de intrínsecos cambios y estática, ya no quiero.

Creo que ahora deseo estar en contacto con la naturaleza, o bueno, con lo poco que pueda de encontrar de natural en está ciudad llena de smog y de autos, gente, edificios… Escapar recluida entre cuatro paredes no es la solución. Un capuchino, ¿gustan? Una semana tan llena de subidas y bajadas. No tuve mucho tiempo para mi ni los mios como yo hubiera querido.

Como te consume el tiempo... y de verdad que lo hace. Y todo este cansancio y esta falta de energía no se a que se la atribuyo. Suceden cosas extrañas en mi que me hacen preguntarme tantas cosas acerca de la vida. En lo personal creo que siempre se tejen historias alrededor de la imaginación e inventos de mi mente mezclados con la realidad.

El amor es un tema punto y aparte, duele mucho que alguien que quieres sufra por amor en una circunstancia muy parecida a la que tu tuviste. Es duro, amar y así duele pero es rico porque al mismo tiempo conoces si realmente es amor, si en verdad es tan fuerte como para soportar todos los ataques de fuera. Creo en ellos, creo ahora en mis nuevos retos. Ahora escucho música y continuo tomando mi capuchino.

Me encuentro sola en un lugar en donde no existe quien pueda conocerme, y eso no me altera, y eso no me exaspera. Me siento tranquila, porque tal vez, la soledad sin contacto natural no es para mi. Estoy sola en sociedad y me da tranquilidad encontrarme así porque estoy familiarizada ahora con mi medio natural. Y ya no tengo ganas de mentir, y no tengo ánimos de bailar.

Pudiera sentir unas cuantas notas de rock en mi piel. Un domingo que se me ha convertido en vicio, al tratar de huir de él, mi mente da maromeras tratando de convertirse en libertad. Bueno a huir, pero con un camino encausado, ya no será simplemente deseo sin sentido.

Un domingo lleno de extrañas emociones y únicos momentos. El domingo que sigue ya pensaré en algo diferente. ¿Ideas? Tal vez tengo algunas por ahí. Me sabe a azúcar delicioso, espumoso, café, café…