Un dégoût

17 de septiembre

Siento un desborde de energía, al principio sentía una desesperación muy grande, como si quisiera explotar pero sin desearlo. Fue algo realmente primitivo. Ese poder era muy fuerte, no podía controlarlo, hasta me hacía falta el aire.

Tengo libertad, a pesar de que es una libertad condicionada. Hoy estuve pensando acerca de las personas que tienen una vida llena de restricciones de prohibiciones. De pronto me vuelvo a sentir como si todo fuera un torbellino de emociones, de sobresaltos de pensamientos que no encuentran un cauce. Respiro otra vez, de nuevo, de forma premeditada, angustiosa, incesante.

Hoy sentí un asco terrible. Sentí un dolor físico que me penetraba y no me dejaba tranquila. El dolor puede causar asco, ganas de vomitar. Pero es un dolor intenso. A veces sentir un dolor físico a uno del alma o de las emociones, es diferente. Porque el dolor físico no lo deseo, el emocional aparece porque aun sin quererlo lo provoco. Es relativo, hablar de dolor implica sufrimiento.