My morning elegance

Con la mente de ideas, con un cuerpo entumido. Todo lo que sucede es jaloneos y desconexiones de neuronas. La excitación toma un camino de reflujo. A través de su deseo interviene la primera huella de placer. Tener de nuevo ese momento, en que hace regresión y alucina con la presencia suya. Nítida y presente. Aparece el aroma, piel. Tiene hambre. Pierde el interés en lo que escucha, sin embargo relaciona el tema del deseo con lo que ella misma vive y experimenta. Solo terminaba en alucinar, repetía constantemente la aparición de esa necesidad. No pensaba, no era un recuerdo. Volvía el hambre, de preguntas complejas que no podían distinguir. “En las pesadillas nos despertamos para volvernos a dormir”. Deseo erótico, deseo amoroso.